Mª
Isabel Ayala Cortina
Profesora de Física y Química.
I.E.S Dª Jimena.
Gijón.
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La arquitectura egipcia se manifestó, sobre todo, con dos tipos de construcciones religiosas: tumbas y templos. El material empleado fue la piedra, trabajada en sillares. Como elementos de sustentación se utilizaron pilares y columnas con capiteles de motivo floral ( flor de loto y planta de papiro) y fustes muy variados.
Las pirámides fueron las tumbas de los faraones. Todos contenían sarcófagos y están situados en la orilla Oeste del Nilo. La pirámide de Zoser en Saqqara obra del arquitecto Imhotep de la III dinastía es la más antigua de piedra que se mantiene en pie. Es de planta rectangular y está formada por cinco cuerpos rectangulares decrecientes.
La construcción de pirámides pasó por varias fases, hasta que a partir de la IV dinastía se inicia una época de colosalismo que se manifiesta en el templo de la Esfinge y las pirámides de la necrópolis de Gizeh, tumbas de los reyes Snefru, Keops, Kefrén y Mikerinos. ( veáse la Gran Pirámide de Gizeh que llegó a superar los 150 m de altura y un templo egipcio).
En el antiguo Egipto se creía que la muerte era el comienzo de una nueva vida en otro mundo y que todo hombre además de su cuerpo poseía un alma (ba) y un doble espiritual (ka). Al morir la persona, el ba seguía viviendo en la tierra y de noche descansaba en su cuerpo. El ka, iba y venía entre la tierra y el otro mundo. Tanto ba como ka debían reconocer su propio cuerpo y por ello lo momificaban. Como esta nueva vida podía durar eternamente, los más poderosos se hicieron construir grandes y suntuosas tumbas de piedra.
La tumba tenía dos misiones principales, por un lado, proteger al cuerpo de la intemperie y por otro, de los ladrones que se sintiesen atraídos por el tesoro guardado en su interior. Cuánto mayor era el rango de la persona, mayor era su tumba, y puesto que según la tradición después de muertos los faraones se convertían en dioses, sus tumbas fueron las mejores.
La cámara funeraria del rey se protegía con una montaña artificial de piedras: la pirámide. Sus cuatro caras triangulares, que representaban los rayos de luz que unían al faraón con el dios Sol, confluyen en un vértice. Sobre el lado oriental se alzaba el templo con una falsa puerta por la que entraba y salía el ka.
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Hoy en día no existe evidencia escrita contemporánea que describa como se construyeron las pirámides, por lo que todo son especulaciones de la técnica seguida. Lo que se expone a continuación es una posible explicación.
La pirámide consta de tres partes. La más interior es el núcleo central, construido por grandes bloques de piedra caliza de baja calidad extraída de las zonas próximas y colocados escalonadamente y tallados exteriormente La intermedia son bloques de relleno que van apoyados sobre las gradas del núcleo central. La exterior esta formada por los bloques de revestimiento que encajaban a su vez en los de relleno. Estos bloques son de caliza blanca de mejor calidad que se extraían en la zona de Tura. Las tres partes se construían simultáneamente.
El transporte de los bloques por tierra se hacía sobre una especie de trineos de madera. Este sistema se empleaba tanto para sacar los bloques al exterior desde la cantera, como para llevarlos a la zona de construcción. Se ayudaban con un sistema de cuerdas y estacas que actuaban como palancas. En la época de las crecidas, parte del transporte se realizaba en barco, por lo que un gran número de barcos iban y venían constantemente por el Nilo.
Miles de hombres entre los que había picapedreros, albañiles, geómetras, carpinteros y peones trabajaban durante todo el año, bien en las canteras, bien a pie de obra. En su mayor parte eran agricultores que acudían todos los años, mientras duraba la construcción, entre los meses de Julio y Noviembre cuando el Nilo anegaba los campos haciendo imposible su cultivo. Los hombres se agrupaban en cuadrillas bajo el mando de un soldado y se les pagaba con ropa y alimentos.
Los bloques de caliza eran tallados a escuadra por los cinceladores y numerados según el orden de colocación. La mayor parte de las herramientas utilizadas para tallar la piedra eran de cobre o dolerita. Los mangos de estas herramientas y demás instrumentos eran de madera y había obreros especializados en su elaboración y mantenimiento.
Para extraer la piedra, posiblemente agrietasen las piedras con cuñas de madera, después empapaban con agua de forma que, con los contrastes de temperatura, al dilatarse el agua las piedras se fragmentasen.
Antes de iniciar la construcción debía localizarse el Norte, misión encomendada a un Sacerdote que a través de las estrellas (la brújula era desconocida) determinaba su posición exacta. Después debía nivelarse el terreno y para ello utilizaban un sistema de zanjas comunicadas entre sí que se llenaban de agua para identificar el nivel. Una vez marcado, se vaciaba el agua y se rellenaba de piedras, de esa forma el terreno quedaba nivelado.
Una vez nivelado ya el terreno, se comienza la excavación de la galería que conduce a la habitación que contendría el sarcófago: la tumba propiamente ducha. Para ello empleaban esferas de dolerita que lanzaban contra las paredes, después estas paredes se pulían utilizando escoplos. (En algunas pirámides hay diferentes galerías, se cree que con la intención de despistar a los posibles ladrones). Dos grandes bloques de granito extraídos en la zona de Assuán y apoyados uno contra otro, hacían de techo de la tumba. El acceso a la tumba estaba protegido por un sistema de compuestas de granito que la aislaba herméticamente.
En la superficie se colocaba el primer asentamiento poniendo argamasa en las dos caras superior e inferior de cada bloque y posteriormente se hacía su revestimiento. Para realizar el segundo asentamiento había que subir los bloques de piedra sobre el primero. Se utilizaron rampas hechas con arena y fango del Nilo que llevaban encajados a su vez unos travesaños de madera para disminuir el rozamiento de los trineos. Los trineos eran tirados por unas veinte personas, ayudados por otras que empujaban por detrás con estacas a modo de palancas, para evitar que el trineo se fuese hacia atrás a medida que la inclinación aumentaba, o cuando descansaban los de delante.
En cada lado de la pirámide comenzaba una rampa distinta que subía a lo largo de cada lado, apoyándose sobre los bloques sin terminar del revestimiento. Prolongando las rampas, se iban construyendo los asentamientos superiores. Cuando la pirámide era de menores proporciones, bastaba una sola rampa perpendicular al lado meridional de la pirámide, cuya base e inclinación iba aumentado a medida que los asentamientos subían.
La correcta inclinación de las paredes, acabado cada asentamiento, se comprobaba mediante el uso de plomadas. Cuando la pirámide llegaba a una cierta altura, no quedaba espacio para las cuatro rampas por lo que dos de ellas se abandonaban y se utilizaban las otras dos, una para subir los materiales y la otra para bajar los trineos vacíos.
La cumbre de la pirámide era un bloque terminal de granito tallado en forma de pirámide que debía subirse con grandísimo esfuerzo hasta la cima donde debía encajar en una muesca realizada en el centro del último asentamiento. Su colocación y centrado se realizaba utilizando una base de troncos que podían rodar.
Concluido el remate de la pirámide, se retiraban las rampas progresivamente. La parte de pirámide que quedaba al descubierto era pulida, mediante escoplos y polvo abrasivo, por los obreros encargados utilizando un sistema de andamiaje de madera. Este procedimiento se repitió cada vez que un nuevo tramo de pirámide quedaba libre de las rampas, así hasta concluir toda la pirámide.
Una vez que era enterrado el faraón, se llenaba con bloques de granito la galería de acceso a la tumba y se clausuraban las puertas de entrada.
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Macaulay, David. Nacimiento de una pirámide. Editorial Timun Mas.1975
Putnam, James. Egiptología. Editorial Óptima.1997
Enlaces interesantes:
Visita una tumba egipcia y cómo no, la de Tutankamon.
Utilizar una base de datos sobre Arquitectura Egipcia
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